Morelia, Mich., Sábado, 21 de Diciembre de 2024

Sección:Opinión

Peso débil, menos reservas y más inflación… lo que viene

Por: Sinembargo.mx

Ciudad de México.- Las reservas internacionales de México hilaron ayer cinco semanas consecutivas a la baja y, de acuerdo con la información del Banco de México (Banxico), reportaron un saldo de 184 mil 496 millones de dólares, peor nivel desde abril de 2014, cuando se ubicaban en 184 mil 013 millones de dólares.

El propio Banco Central, comandado por Agustín Carstens Carstens, planteó que al 4 de septiembre pasado las reservas acumulan una reducción de 8 mil 742 millones de dólares, respecto al cierre de 2014, cuando se registró un saldo de 193 mil 239 millones de dólares.

El Banxico explicó también que la caída es resultado de las subastas diarias de dólares que ha realizado en las últimas semanas para contener el alza del dólar frente al peso, compras de dólares por parte del Gobierno federal y la baja en la valuación de los activos del propio  Banco Central.

La contracción de las reservas no significa otra cosa que la reducción del dinero que ingresa al sistema financiero mexicano, por estos días vapuleado por malas noticias internas y externas: el inminente aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, la reciente devaluación de la moneda y los problemas económicos de China, el derrumbe de los precios internacionales del petróleo combinado con la caída en la producción de Petróleos Mexicanos (Pemex) y, además, de acuerdo con analistas nacionales y extranjeros, el alza de la inseguridad y la violencia en el país, así como la pérdida de confianza de los inversionistas en el Gobierno federal, encabezado por el priista Enrique Peña Nieto.

Y este escenario, por desgracia, no tiene pinta de mejorar en el mediano plazo, ni en lo interno ni en lo externo, por lo que el Banco de México tendrá mayores retos en los días por venir.

Por ejemplo: detener la depreciación del peso, que ya alcanza 27 por ciento en este sexenio, la mayor en la historia desde que México implementó el mecanismo de libre cambio para su moneda, no se podrá contener a punta de inyectar al sistema financiero cañonazos de dinero vía las reservas.

Los efectos reales del impacto del alza de tasas por parte de la Fed, que probablemente se decida en la reunión que sostendrá los próximos 16 y 17 de septiembre, aumentará la presión sobre el peso y, por consiguiente, el alza del dólar se reflejará pronto en los precios de los bienes y servicios en México, lo que redundará en una mayor inflación.

Agustín Carstens y el equipo que lo acompaña en el Banxico lo saben, como también tienen presente que no hay una fórmula para detener los estragos que esa mala combinación causará a los ingresos, ya de por sí deteriorados, de los mexicanos.

La respuesta del equipo económico de Luis Videgaray Caso, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), fue presentar ayer un Presupuesto de Egresos e Ingresos para 2016, que contempla una reducción en el gasto de 221 mil millones de pesos, equivalentes al 1.15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Pero el meollo del asunto es si con ese Presupuesto el Gobierno federal podrá, al fin, detonar un mayor dinamismo económico, desarrollar infraestructura y generar empleos de calidad, un objetivo que no ha podido cumplir en tres años, y que el cuarto del sexenio, en un escenario de bajos ingresos y de volatilidad mundial, se antoja aún más difícil de conseguir.

Por tanto, al menos en los próximos meses, prepárese para una realidad difícil: un peso débil ante el dólar, menos reservas y, tristemente para la mayoría de los mexicanos, una mayor inflación.

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