La cara más cruda de la prostitución: "120 euros si la menor es virgen"

Madrid.- "120 euros si la menor es virgen". Son las cifras de la parte más cruda de la prostitución: la de la explotación sexual de chicas de menos de 18 años. Pero este número es solo la ´punta del iceberg´ de una actividad que mueve 32.000 millones de dólares al año y al que la actriz y directora Mabel Lozano ha querido poner voz y rostro en el documental ´Chicas Nuevas 24 horas´, que se podrá ver en la Cineteca de Madrid del 4 al 6 de septiembre.

A través del testimonio de fiscales, policías y mujeres que han ejercido la prostitución Mabel Lozano reconstruye el mapa de la trata de seres humanos, desde los lugares de captación como Paraguay, Perú y Colombia hasta España, el tercer país del mundo donde más hombres pagan por sexo, después de Tailandia y Puerto Rico.

"Una noche llegó mi prima llorando y sangrando, diciéndome que se había acostado con 40 hombres", recuerda Sofía en una de las partes más emotivas y difíciles del ´filme´. Esta joven paraguaya llegó a España con 17 años bajo la promesa de un trabajo mejor. En este caso, fueron sus propios tíos quienes la engañaron, la trajeron a Europa y la encerraron durante meses en un sótano junto a su prima, que también era explotada, hasta que fuera mayor de edad y pudiera estar preparada para trabajar. Entonces comenzó un duro calvario del que hoy continúa recuperándose fuera de la red y de su país.

Pero Lozano insiste en recordar al espectador algo tan obvio como obviado: sin prostitución no hay clientes. Si no generase dinero, la explotación sexual no existiría. Por eso, es una escena de ficción la que abre el documental. En una sala, una ´coach´ da una charla a sus alumnos sobre una lucrativa actividad económica. "Les voy a proporcionar las claves de un negocio que mueve 32 millones de dólares y que pueden desarrollar en cualquier lugar del mundo". Y es que la base de todo este sistema es que todos los costes de la actividad recaigan sobre la mujer.

Ellas mismas se costean el viaje hipotecando sus casas y cargando con unos intereses estratosféricos (con la colaboración indispensable de las agencias) y se pagan la comida, el alojamiento y la ropa en los ´clubs´. Incluso, en algunas mafias existe un sistema de multas por el que las chicas tienen que pagar si quieren salir del local o si discuten con sus compañeras. "A mi me multaban mucho por quedarme dormida después de la hora a la que nos obligaban a levantarnos", narra Ramona, otro de los testimonios, que recuerda a cámara que los proxenetas aprovechaban cualquier circunstancia para quitarles dinero para que las chicas no pudieran saldar su deuda.

´Chicas nuevas 24 horas´ denuncia que toda una red se nutre del trabajo de las mujeres, desde los taxistas que cobran comisiones por conducir clientes a los clubs hasta los proxenetas que cobran el 50% de las ganancias de cada chica, o los agentes que se encargan de engañarlas y llevarlas a otro país.

En el documental cuenta con un testimonio sin rostro: el de Yandi, la más joven del grupo, que fue reclutada siendo una menor para satisfacer los deseos de los hombres que se dedican a la minería ilegal en Perú. Según los testimonios, algunos de estos hombres tienen miedo a contraer enfermedades de transmisión sexual con prostitutas experimentadas y prefieren niñas y jóvenes. Y si son vírgenes se paga aún más. El resultado de estas experiencias tan traumáticas son visitas al hospital por las palizas de sus proxenetas o jóvenes que intentan suicidarse para no tener que trabajar más.

Pero Mabel Lozano también recuerda a los espectadores que en España, además de ser uno de los países receptores de la trata de seres humanos, también hay captación de menores. El pasado enero, la policía desmontó una red en Murcia que ofrecía servicios sexuales de niñas y jóvenes a través de Whatsapp.

Con este documental en el que ha invertido cuatro años de investigación, Mabel Lozano cierra un ciclo como directora. ´Chicas nuevas 24 horas´ es el tercer filme que la actriz dedica a desentrañar las redes de la prostitución, después de ´Voces contra la trata´ y ´Escúchame´, que hicieron que el público conociera una faceta nueva de la intérprete: la más comprometida con los derechos de las mujeres.