Morelia, Mich., Domingo, 22 de Diciembre de 2024
Sección:OpiniónMandato de los votantes
Por: Roy Campos/El Economista
Ciudad de México.- Como cada elección, la reflexión posterior enseña muchas cosas, de alguna manera destacar los cambios o las sorpresas es lo más atractivo, y en ese sentido me atrevo a reseñar algunos resultados:
1.- Estructuralmente, lo más importante es que el presidente Peña Nieto logra armar una mayoría legislativa para el segundo trienio, lo que no se lograba desde 1991 con Carlos Salinas, con la diferencia de que en aquel momento el presidente estaba en lo cuernos de la luna en su popularidad y aparece en muy bajos niveles. Esta condición se da debido al sistema electoral que permite sobrerrepresentación si se es capaz de ganar distritos suficientes, como lo hizo el PRI, no porque el ciudadano deseara o votara para que se diera esa mayoría.
2.- A futuro, lo más destacable es el triunfo de candidatos independientes que sorprendieron en el resultado a analistas, estructuras de partido y encuestas, y ahí podemos incluir, aunque tengan pasados partidistas, a Enrique Alfaro, Manuel Clouthier, Pedro Kumamoto, Xóchitl Gálvez y Jaime Rodríguez, y si me apuran hasta a los candidatos de Morena y Partido Encuentro Social (PES), porque el significado de su voto fue el del hartazgo, del llamado al cambio, o el del castigo a la clase política.
A este fenómeno, aunque parezca contradictorio, contribuyeron dos agendas ciudadanas de distinto origen y que se fortalecieron al final de la campaña: el anulismo y el llamado al boicot electoral; ambos temas tenían un profundo fondo antisistema, los dos incluían el "todos los partidos son igual de malos" que ayudó a los candidatos sin partido.
3.- En el caso particular de Jaime Rodríguez (no sé si debamos permanentemente referirnos a él como El Bronco, ya no es campaña, será pronto gobernador y no sé si llamarle con apodos sea lo correcto), se inaugura un experimento sumamente interesante, en campaña evidentemente su discurso tuvo que ser amenazante, agresivo, duro, pero necesita a todos sus contrincantes para hacer gobierno, requiere de los partidos para cogobernar municipios, para pasar leyes, para aprobar presupuestos, etcétera. ¿Cuales son sus alternativas? Los convence y entra a una etapa de negociación o mantiene un discurso opositor desde el gobierno y cada vez que se atore llama a las masas para presionar a sus contrincantes, lo que veo peligroso.
4.- Las muchas alternancias. Ya en el 2010 hubo seis alternancias con 12 elecciones, pero ahora esas seis alternancias se presentarían en una jornada de nueve elecciones, esto sólo se puede leer como un llamado al cambio.
5.- La fuerza de Morena. A pesar de que nacionalmente puede no llegar a 10%, la concentración de su voto lo hace ganar hasta cinco delegaciones en el DF y distritos y municipios en varios lugares; Morena es de los grandes triunfadores de esta elección.
Las encuestas en general se reivindican, salvo quien las quiera centrar en las contiendas con independientes: en los estados con contiendas normales se previeron los triunfos en Campeche, Sonora, Baja California Sur y otros lugares; el crecimiento de Morena concentrado en el DF; los castigos a gobiernos en Guerrero, Michoacán y Sonora, etcétera, pero no pudieron, ninguna, prever las olas finales que se generaron a favor de candidatos independientes y sin partido (los nombrados arriba, por ejemplo), que se ven en todos lados en las últimas partes de la campaña. Por poner sólo un ejemplo, la encuesta más certera en Nuevo León le daba 13 puntos de ventaja a Jaime Rodríguez ¡y gana por más de 26!, y esa misma encuesta ponía más de 10 puntos abajo al tercer lugar del segundo y terminan empatados; es decir, los errores, aun del mejor, son gigantes, pero no de las encuestas sino de aquellos que absurdamente siguen queriendo pronosticar con ellas.
Para analistas y ciudadanos espero, como lo hago inútilmente en cada elección, que dejen de tratar de adivinar con encuestas o se seguirán equivocando, ¿es muy difícil entender que las encuestas no adivinan? Parece que sí.
Por último, si partimos de que el llamado de los votantes fue al cambio, espero que el gobierno, los partidos, los políticos, los empresarios, los medios y todos lo entendamos, y aplaudo que este llamado se haya hecho en las urnas; ésa es el arma de los ciudadanos y qué bueno que la utilizamos (lo digo con un pulgar manchado de voto).
rcampos@consulta.com.mx