Jalisco prende alertas: la estrategia no funciona

Ciudad de México.- El desafío de las fuerzas del crimen organizado contra la estrategia federal en Jalisco muestra, una vez más, que el plan no funciona porque no es integral: se traslada de un punto a otro del país para apagar fuegos, mientras los criminales hacen lo mismo y preservan su poderío.

Lo de Jalisco es un claro reto al Estado mexicano, pues los bloqueos y enfrentamientos se realizaron justo el día en que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar), la Procuraduría General de la República (PGR), la Policía Federal (PF) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) anunciaron la implementación de la "Operación Jalisco".

En un comunicado, el Ejército Mexicano dijo que dicho operativo se implementaría en los estados de Jalisco y Colima "con el fin de garantizar la seguridad de la ciudadanía y reducir los índices delictivos". También añadió que se desplegarían Bases de Operaciones Mixtas, Puestos de Seguridad Mixtos, Bases de Operaciones de Erradicación y Puestos de Vigilancia.

Y la respuesta de los criminales fue inmediata: en el día en que empezaba el puente del 1 de mayo, cuando una gran cantidad de familias se movilizaban para vacacionar, implementaron un ataque coordinado que empezó con un cerco Guadalajara, la capital del estado y la tercera ciudad más grande del país, después de Monterrey y del Distrito Federal, y que luego se extendió a los municipios connurbados y a las carreteras que conectan a esa metrópoli con Colima, Michoacán y Guanajuato.

Aristóteles Sandoval Díaz, Gobernador priista de la entidad, ha sido fuertemente criticado por el repunte de la violencia en Jalisco, además de sus reiteradas negativas para aceptar que el estado vive una severa crisis de inseguridad desde que asumió la administración estatal, el 1 de marzo de 2013.

El viernes, él mismo informó en un primer corte que la violencia de la mañana del viernes pasado se apuntaló con 29 bloqueos en 19 municipios, lo que provocó siete personas fallecidas, 15 detenidos en toda la entidad, 16 gasolineras y 11 bancos incendiados, 15 heridos y tres intentos fallidos de incendio en 25 municipios que se vieron envueltos en la actividad criminal.

En las primeras horas del pasado 1 de mayo, Guadalajara y varios municipios fueron paralizados por esas acciones criminales. Las líneas de autobuses suspendieron viajes a la entidad y los expendedores de gasolina cerraron sus establecimientos, mientras que los capitalinos se quedaron por varias horas varados, debido a que el transporte público también quedó suspendido.

Lo siguiente, de acuerdo con analistas consultados por SinEmbargo, es que ese desafío al Estado y a las fuerzas de seguridad nacional escale. Los grupos criminales, dicen, han demostrado hasta el cansancio –y sin que los gobiernos federal y local puedan frenarlos– el nivel de violencia que pueden ejercer. Por lo que, de no cambiar la estrategia contra la inseguridad de la actual administración, esos grupos que brincan de un lado a otro cuando se ven acosados, pueden comenzar a implementar acciones de "narcoterrorismo" que afecten aún más la seguridad de los ciudadanos.

El Gobierno tiene hoy el reto de aceptar que fracasó en el intento, y reestructurar su estrategia de apafuegos, para dar paso a un plan que integral que ataque el problema en todo el país, y que comience, de verdad y sin demagogia, por dar respuestas a la desigualdad, el hambre y la corrupción que se vive en el país, y que alimenta a los grupos criminales lo mismo de infantes y jóvenes sicarios, y de favores de funcionarios que se corrompen con dinero sucio en todos los niveles.

El llamado del viernes de las autoridades de Jalisco y de la Zona Metropolitana de Guadalajara para que los ciudadanos no salieran a las calles es sintomático: el control de la zona no lo tenía el Gobierno sino los criminales, en una jornada donde el mando lo tuvieron ellos. Fue sólo por algunas horas, pero la muestra de su dominio sobre el Estado mexicano da pavor.