El experimento de Tancítaro

Ciudad de México.- En Tancítaro, Michoacán, PRI, PAN y PRD van a presentar a Arturo Olivera Gutiérrez, como candidato común a la alcaldía.

El objetivo es evitar que se cuele algún personaje ligado con el crimen organizado, o que sea proclive a establecer compromisos con los bandidos.

Por desgracia, los problemas no han desaparecido del todo, aunque la situación ha mejorado por lo menos para construir una opción mayoritaria, que de paso mande el mensaje de que los delincuentes no podrán hacer de las suyas.

Hay que valorar el esfuerzo de los partidos para ponerse de acuerdo, porque entendieron que el interés más importante es el de la ciudadanía.

Esto hace unos años habría sido difícil o imposible, porque el contexto era de una descomposición permanente.

Sin embrago, es una situación peculiar y debe ser extraordinaria, porque la democracia se sustenta en la pluralidad de proyectos, visiones e ideas.

Es una salida interesante a una situación de crisis que no cancela la vía electoral y que permite dotar de legitimidad y respaldo a quien tendrá que gobernar.

El acuerdo de Tancítaro da cuenta también de que a pesar de la contienda y de su intensidad, las organizaciones que postularon a Silvano Aureoles, a María Luisa Calderón y a Ascensión Orihuela pueden avanzar en compromisos sin dejar de competir.

Tancítaro, se quiera o no, puede ser un experimento político interesante para observar cómo funcionan gobiernos de unidad, en principio a nivel municipal.

Habrá que ver cómo funciona y hasta dónde alcanza la política una vez que pasen los comicios. Pero, por lo pronto, es una forma de dar un paso adelante en un momento en que los desafíos son grandes y los peligros acechan.

Después de todo, los niveles de violencia y la degradación del tejido social requerirá de ideas novedosas para enfrentar los problemas y, sobre todo, para resolverlos.

En la región de Tancítaro fue donde se ocultó Servando Gómez, La Tuta, por diversos periodos. Ahí hizo alianzas y contó con la protección de autoridades, policías y franjas de la población que se integraron a los negocios ilegales.

Ahí, Los Caballeros Templarios hicieron de las suyas y mantuvieron un control férreo, atemorizando y extorsionando a la población.

En diciembre de 2009, todas las autoridades municipales renunciaron porque las amenazaron.

Gustavo Sánchez, quien se encargó del ayuntamiento de manera interina, fue asesinado a pedradas en septiembre de 2010.

Ahora es importante que con votos se rompan esas cadenas y se dé paso a un ambiente que permita recuperar la tranquilidad.