El futuro es el cerebro

Madrid.- Sostiene el escultor Jaume Plensa que el cerebro es lo más salvaje que tenemos. La sospecha es hermosa. Y quizá también sea cierta. El cerebro es una menestra muy rara dividida entre el pensar y el soñar, que son los dos hemisferios principales de la vida despierta del hombre.

Los que más saben de esto son algunos directores de cine, ciertos poetas alados, unos cuantos pintores y unos pocos músicos callados. Aunque aún más que todos ellos sabe de la cosa Rafael Yuste, el neurobiólogo al queObama le encargó que hurgara por ahí con el proyecto BRAIN, por ver si nos aclara algo de nosotros mismos. Yuste es, además y por méritos propios, lo que se llama un cerebro fugado. Está en EEUU porque aquí nuestros políticos, en materia de Ciencia, piensan con los pies: de ahí tanta brutalidad sin razonamiento. 

El proyecto con el que triunfa y nos alumbra Yuste desde la Universidad de Columbia propone desarrollar técnicas nuevas con las queregistrar la actividad de todas las neuronas del circuito cerebral.Y para eso ha logrado una financiación de 300 millones de dólares. Lo que Rafael Yuste investiga es exactamente el futuro. Pues éste no es más que aquello que aún no sabemos. Y el cerebro es, además de nuestra posesión más feroz, nuestro futuro irremediable.Todo pasa por saber qué somos por dentro. 

Qué esconden las neuronas, sus conexiones, los pliegues, lo blando y gris del colorín que es todo cuerpo. Cuanto más sabemos del cerebro más cosas curamos. Menos gente padece. O menos padecimiento de algunos. Pero aquílos dineros que Yuste requiere para que un día seamos mejores se lo gastan nuestros representantes en volquetes de putas y otras elegancias. Es la consecuencia de estar presos en la trampería de unos mezquinos que tienen la razón a la altura del cerebro reptiliano. Y así nos va. Señor Yuste, usted no vuelva. Que se jodan. Investigue fuera, ya que puede. Y enhorabuena.